Nada da más felicidad que contribuir a que otras personas sean felices. Nada hay más gratificante en la vida que ayudar a que otros seres humanos superen sus dificultades, alivien su sufrimiento, tengan salud y bienestar, se desarrollen, crezcan en sus vidas y logren sus sueños. Del mismo modo, el haber escogido como profesión, el cuidar de otros seres humanos conlleva una carga emocional muy fuerte, que, si no se trata adecuadamente, puede terminar agotando o enfermando al profesional que ha hecho de estos valores la razón de ser de su vida.
Nosotros hemos hecho del cuidar a los que cuidan, principalmente a los profesionales de la salud y a los docentes, la razón de ser de nuestras vidas.
¡Y hemos encontrado muchas gratificaciones en ese camino!